Carta de cervezas

• VAL DIEU DE NOEL / WINTER ALE
• Temperatura de degustación:
  6º-8º
• Notas:
  Edición navideña de Brasserie de l'Abbaye du Val-Dieu.
  Elaborada con canela, nuez moscada y especias. Gana en botella, ideal guardarla uno o dos años.
  

Historia

Las cervezas Val-Dieu están inspiradas en las originales de los monjes cistercienses. Estas se crean con ingredientes especialmente seleccionados de la más alta calidad, sin especias ni aromas añadidos, lo que hace de ellas un producto extraordinario e inimitable.

El agua de las cervezas Val-Dieu procede de la presa de Gileppe, una fuente natural de extremada pureza ubicada a 20-30 km de otras fuentes de fama mundial como las de Spa, Bru y Chaudfontaine. Por otra parte, se usa una cepa de levadura de gran calidad, en la que habitan hongos microscópicos (Saccharomyces cerevisiae) beneficiosos para el organismo humano.

El proceso de elaboración de las cervezas Val-Dieu tiene lugar durante seis u ocho semanas. La cervecería cuenta con tres maestros cerveceros que supervisan cuidadosamente todo el proceso de elaboración. Uno de ellos es una de las pocas mujeres en ostentar este puesto, la maestra cervecera Virginie Harzé, quien trabajó anteriormente en Brasserie Alken-Maes.

Cuenta la leyenda que la colina en la que se sitúa el edificio era conocida como “Valle del Diablo”, por su carácter inhóspito. Cuando los monjes procedentes de Hocht, Maastricht, se establecieron en ella en 1216, la rebautizaron “Valle de Dios”, que más tarde dio lugar al nombre de la Abadía de Val-Dieu. El inicio de su actividad cervecera se produjo como respuesta a la necesidad de elaborar una bebida que sirviese de alternativa al agua. Esto era debido a que esta bebida solía estar contaminada y era portadora de plagas y enfermedades, como el cólera o la fiebre tifoidea.

Los muros de la abadía de Notre-Dame du Val-Dieu cuentan con ocho siglos de historia. A lo largo de esta, el monasterio ha sufrido las consecuencias de los conflictos provocados por guerras de sucesión y religiosas, que culminaron con la dispersión de la comunidad durante la Revolución Francesa. De esta forma, los distintos edificios del monasterio sufrieron con cada conflicto. Prueba de ello es la iglesia, que fue destruida cuatro veces y reconstruida cada vez según el diseño original cisterciense.

A mediados del siglo XIX, los monjes volvieron a habitar la abadía, por lo que Notre-Dame du Val-Dieu puede presumir de ser la única abadía cisterciense que sobrevivió a la Revolución Francesa. En marzo de 2001, los últimos tres monjes cistercienses se trasladaron a otras abadías y Val-Dieu se dejó en manos de la comunidad cristiana. Hoy en día este es el único edificio cisterciense que sobrevive intacto en Bélgica.

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